Descripción
El aceite de semilla de rosa mosqueta procedente del arbusto Rosa rubiginosa, posee una gran cantidad de beneficios para la salud, la cual cabe destacar su uso para el cuidado de la piel.
El ácido linoleico ayuda a la regeneración tisular, protegiendo y nutriendo intensamente la piel. El ácido trans-retinoico es capaz de activar los fibroblastos y estimular la síntesis de fibras de colágeno y elastina, responsables de dar firmeza y elasticidad a la piel. Favorece la regeneración celular y atenúa arrugas, rejuveneciendo la piel.
Además, contiene vitamina E y betacarotenos, antioxidantes naturales, que evitan el deterioro de la piel por agentes externos como el frío o la radiación solar.
El aceite de rosa mosqueta obtenido por presión en frío tiene propiedades antioxidantes y rejuvenecedoras de la piel. Se utiliza en cicatrices, eczemas, quemaduras e incluso para minimizar las estrías en el embarazo.
El aceite de semillas de rosa mosqueta se obtiene a partir de las semillas contenidas dentro de las bayas de la rosa silvestre de un arbusto que crece en abundancia en los Andes del sur.
Las flores de de este arbusto tienen un florecer bastante etéreo, con un corto periodo de vida de tan sólo unas 24 horas. Una vez que los pétalos han caído, lo que queda es el fruto rojizo, que contiene las semillas de rosa mosqueta tan codiciadas.
En su composición se encuentran altos volúmenes de ácidos grasos esenciales (80%) como el ácido linoleico (41%), ácido linolénico (39%) y ácido oleico (16%) y otros ácidos grasos poliinsaturados, principalmente relacionados con la regeneración de los tejidos. También contiene vitamina C, betacaroteno, flavonoides y taninos, favoreciendo una piel más tersa y un aumento de elasticidad(1,2).
Lo que diferencia a este aceite de semilla de rosa mosqueta, es el ácido retinoico biodisponible (un metabolito de la vitamina A) que contiene. La fracción de ácido trans-retinoico que posee este aceite, retrasa los efectos del envejecimiento de la piel, ayuda a la regeneración celular, y promueve el aumento de los niveles de colágeno y elastina que proporcionan apoyo estructural a la piel, siendo efectivo en eczemas, quemaduras, estrías, cicatrices y procesos inhibidores de la queratosis(1,3). También es útil para recuperar la piel después de la exposición al sol, la depilación, un peeling o el afeitado(3).
Además, estimula la producción de colágeno y elastina, tanto en la epidermis como en las capas más profundas, ya que vigoriza los fibroblastos (células dérmicas que producen colágeno y elastina responsables de la firmeza y elasticidad de la piel)(4,5).
Es un hidratante en profundidad, reforzando la barrera de ceramidas en el interior de las células epidérmicas, reduciendo así la pérdida de agua de la piel(5).
Combate el envejecimiento gracias a su poder nutritivo y capacidad hidratante, retardando y combatiendo la aparición de las arrugas. Para pieles castigadas por el sol, es un aliado eficaz que regula la producción de melanina y reduce los signos de fotoenvejecimiento(6).
Aporta homogeneidad a la pigmentación de la piel, estimulando la producción de melanina de forma homogénea en toda la piel y recuperando un tono uniforme(5,6).
Conjuntamente, incrementa la circulación sanguínea en personas con problemas circulatorios en piernas, reduciendo la inflamación, el dolor y dinamizando el flujo sanguíneo y la distribución de nutrientes en los tejidos(1,6).