La resistencia a los antimicrobianos es una de las mayores amenazas para la salud global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), si no se toman medidas, en 2050 las infecciones resistentes a los antibióticos podrían causar hasta 10 millones de muertes al año. Los resultados del estudio ofrecen esperanza: el uso de equinácea puede reducir en un 80% los días de tratamiento con antibióticos en pacientes con infecciones respiratorias.
La equinácea: una alternativa científicamente respaldada, bien regulada y segura
El Dr. Rainer Stange, de la Charité-Universitätsmedizin Berlín, añade: «Cada día de tratamiento con antibióticos aumenta el riesgo de desarrollar resistencias. La equinácea ofrece una alternativa científicamente respaldada, bien regulada y segura. Su uso está aprobado en muchos países occidentales tanto para la prevención a largo plazo como para el tratamiento agudo de infecciones respiratorias. Además, no se han reportado problemas de seguridad relevantes en más de un siglo de uso generalizado».
La equinácea representa una vía prometedora para conseguir los retos propuestos de One Health y extender la efectividad de los antibióticos en generaciones futuras.
¿Qué es La equinácea?
La Equinácea es una planta robusta, muy abundante en Europa Central y América del Norte, con hojas ovales o lanceoladas, enteras o recortadas. Las flores se agrupan en capítulos de gran tamaño y de un color púrpura o rosáceo característico. Las raíces son la parte más apreciada por su alto contenido en principios activos, entre los que encontramos un aceite esencial, alcaloides indolizidínicos y compuestos fenólicos derivados del ácido cafeico, entre los que destaca el Echinacósido. También hallamos compuestos alifáticos insaturados, especialmente Alquilamidas y Polisacáridos.
Los Indios Norteamericanos usaron ya la Equinácea tanto como cicatrizante como para aliviar cefaleas, la tos y dolores estomacales. Hoy en día su uso mayoritario es debido a su capacidad inmunoestimulante. El conjunto de sus principios activos estimulan el sistema inmunitario, y más en concreto favorecen la proliferación de los glóbulos blancos y la producción de Interferón.
La Equinácea se usa tradicionalmente para combatir infecciones, especialmente el resfriado común y la gripe, así como otras infecciones del tracto respiratorio superior.
También se emplea popularmente contra muchas otras infecciones, entre las que se pueden incluir las del tracto urinario, las vaginales, el herpes genital, las del torrente sanguíneo (septicemia) y las de las encías entre otras. Otros usos no relacionados a infecciones incluyen el síndrome de fatiga crónica, el reumatismo, las migrañas, la indigestión, el dolor, los mareos, las mordeduras de serpiente de cascabel y el trastorno de déficit de atención e hiperactividad. También se aplica la Equinácea a la piel para el tratamiento de furúnculos, abscesos, heridas en la piel, úlceras, quemaduras, eczema, psoriasis, daño por radiación ultravioleta, herpes simple, picaduras de abeja y hemorroides.
Pásate por nuestra tienda para más información.